En un artículo anterior vimos que los trastornos de personalidad (TP) se pueden dividir en tres grupos: el grupo A (paranoides, esquizoides y esquizotípicos), grupo B (límite, histriónico, narcisista y antisocial) y grupo C (evitativo, dependiente y obsesivo-compulsivo). A continuación, nos vamos a centrar en los sujetos del grupo B, a los cuales se les suele conocer como los inmaduros.
En este grupo, primero hablaremos de las personas con un trastorno límite. Estas personas se caracterizan porque son inestables tanto en sus relaciones como en su estado de ánimo, sus sentimientos hacia los demás pueden variar de forma considerable e inexplicable en un corto periodo de tiempo, discute mucho y es irritable, tiene una conducta impredecible e impulsiva, puede cometer auto-agresiones e intentos de suicidio, y no tiene un sentido claro e coherente de su identidad.
Cabe destacar, en cuanto a prevalencia, que un 2% de la población posee el trastorno límite. Además, de todos los trastornos de personalidad es el más complejo porque está al límite de todo.
En cuanto a las personas con un trastorno histriónico; éstas se caracterizan por presentar una afectividad lábil (es decir, que son influenciables y todo les afecta) y superficial, actúa con mucho dramatismo porque quiere llamar la atención, es egocéntrico, se preocupa demasiado por su atractivo físico, y tiende a deformar la realidad y refugiarse en lo fantástico.
Las personas con un trastorno narcisista se caracterizan porque son pretenciosos y arrogantes, se enfrascan en fantasías de grandes triunfos, sus relaciones personales se ven afectadas por su falta de empatía, sienten la necesidad de exhibirse para recibir atención y admiración, y siente que todo se lo merece por lo que espera que los demás le hagan favores especiales.
Una vez visto el trastorno histriónico y el narcisista hay que destacar que no son lo mismo, ya que, aunque los dos sean soberbios, se diferencian en que el histriónico no es vengativo y el narcisista sí que es vengativo. Además, en cuanto a la soberbia, el histriónico cree que es el mejor porque los demás le dicen que lo es (locus de control externo), pero el narcisista cree que es el mejor porque todo lo hace mejor que los demás.
Finalmente tenemos las personas con un trastorno antisocial, las cuales presentan un patrón conductual de despreocupación por los sentimientos de los demás, desprecian las obligaciones y las normas sociales en la infancia y la adolescencia, tienden a realizar comportamientos violentos, tienen una alta resistencia al castigo, son incapaces de mantener relaciones personales o laborables estables, y tienden a culpar a los demás.
A lo largo de la vida de una persona, el trastorno antisocial recibe diferentes nombres. Así, cuando se tiene de 0 a 8/10 años se le llama trastorno negativista desafiante, cuando se tiene de 8/10 a 18 años se llama trastorno disocial y cuando la persona tiene más de 18 años se llama trastorno de personalidad antisocial.
Bibliografía:
American Psychiatric Association. (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5®: Spanish Edition of the Desk Reference to the Diagnostic Criteria From DSM-5®. American Psychiatric Pub.
Garrido Genovés, V. (2003). Psicópatas y otros delincuentes violentos. Valencia: Tirant Lo Blanch.
Publicado el 08/10/2020 por Marta Lietos.
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